La entrevista, que a continuación presento, se la he realizado a mi padre, que empezó su escolarización en el año 1963 en el colegio público Luis de Gongora, ubicado en el Barrio del Pilar.
- ¿A qué edad empezaste la escuela?
- ¿Era un colegio coeducativo?
- Era de coeducación, pero en las clases estábamos distribuidos homogéneamente por sexo. Era como si el colegio estuviese divido en una parte para hombres y otra para mujeres, realmente no nos juntaban, ya que en los recreos también estábamos separados. Pero en los dos últimos años de la EGB era coeducativo también en las clases.
- Describe como era el colegio:
- ¿Cuántos alumnos erais en clase, erais todos de un nivel socioeconómico similar?
- Aproximadamente unos cuarenta. Éramos de la misma edad y de un nivel socioeconómico parecido.
- Solo uno, era el mismo maestro para todas las asignaturas.
- ¿Cómo os dirigíais al profesor y el cómo se dirigía hacia vosotros?
- Sí, siempre hacíamos lo mismo. El profesor daba la lección en la pizarra y realizábamos los ejercicios, o en la pizarra o en el cuaderno. En muchas ocasiones estudiábamos mientras el profesor se ponía a leer el periódico o a hacer otras cosas. Además, recuerdo que al entrar al colegio, nos formaban en hileras como se hace en la actualidad, pero con un marcado carácter militar.
- ¿Qué asignaturas teníais?
- Matemáticas, Lengua, Historia y Geografía, y Religión que era obligatoria. En el último curso teníamos una hora extra de iniciación profesional, en la que enseñaban contabilidad, taquigrafía, cálculo mercantil, aunque era muy de iniciación. Esto sería a los 14 años.
- ¿Qué papel tenia la religión en la escuela?
- No se rezaba, pero en el libro de texto se estudiaba el catecismo, las oraciones de memoria e historias de mártires. Tenía una gran importancia respecto al resto de asignaturas.
- ¿Qué papel tenia la ideología del régimen dentro del currículo y de los contenidos de las asignaturas?
- Se daba Historia desde una perspectiva del nacionalcatolicismo, exaltando los valores del régimen y del alzamiento; y las figuras historias de conquistadores del cristianismo. El 18 de Julio se conmemoraba el alzamiento y se escuchaba el himno nacional.
- ¿Cómo os evaluaban?
- Se evaluaba por exámenes finales, uno antes de Navidades y otro antes de finalizar el curso, no existía evaluación continua. En ocasiones nos realizaban exámenes por sorpresa. Todos los exámenes los hacíamos sobre nuestro cuaderno, ya que casi no existía material escolar. Los ejercicios del cuaderno eran corregidos por nosotros y el profesor en ningún momento los tenía en cuenta, sólo corregía los exámenes.
- ¿Todos los alumnos recibíais el mismo tipo de enseñanza o se adaptaba un poco a las características de cada uno?
- Todos por igual, no había ningún tipo de individualización, además los profesores no se preocupaban por el aprendizaje de sus alumnos. No era una educación que fomentara una iniciativa en los alumnos, era muy pautada por ellos y no se tenían en cuenta las opiniones de los alumnos.
- ¿El castigo físico era habitual?
- El castigo físico no era habitual, pero si existía.
- ¿Tenías libro de texto?
- Sí, en los primeros cursos sólo había un libro de texto, más adelante tres, uno para cada asignatura. Las clases se regian por el libro de texto, el profesor los seguía como una guía de las clases.
- ¿Cuál es el recuerdo más bonito que tienes de la escuela?
- Las horas de patio y de juego con los compañeros, porque de profesores no recuerdo a ninguno con cariño
- ¿Y el peor recuerdo que te queda de ella?
- La rigidez de los profesores, la intolerancia y lo dictatoriales que eran.
Como hemos podido ver con esta entrevista y a lo largo de las últimas sesiones de clase, por desgracia aun siguen vigentes algunas características de la antigua escuela como: considerar los libros de texto como el instrumento que guía y determina las clases, la evaluación mediante exámenes… Pero, por suerte la escuela ha avanzado muy rápidamente en estos últimos años y a superado grandes retos como: la individualización, la coeducación, la evaluación continua, un currículo más abierto y flexible, la democratización de los contenidos… Y por ellos, y por los que nos quedan por superar, la escuela debe seguir trabajando.