La propuesta didáctica, que a continuación vamos a desarrollar, se localizará en un museo arqueológico, independientemente de su lugar de localización, ya que los conocimientos que en ella se van a tratar no son específicos de una localidad o comunidad.
El contenido, sobre el que va a versar, es el conocimiento de las técnicas de supervivencia del hombre prehistórico basadas, fundamentalmente, en la herramienta del bifaz. De este contenido se desprende que el objetivo de las actividades que se van a desarrollar, es que el alumno interprete y comprenda como el hombre prehistórico se ayudaba de las herramientas líticas para proporcionarse su sustento. La actividad está indicada para alumnos del segundo y tercer ciclo de Educación Primaria, ya que en el currículo de Educación Primaria, en el área de Conocimiento del Medio y dentro del bloque 6 ”El Cambio en el Tiempo”, se hace una introducción a las grandes civilizaciones y sus aportaciones a la humanidad, desde los rasgos diferenciales de estas sociedades a través del tiempo y respecto a los cambios históricos y la vida cotidiana, en el segundo ciclo; y los aspectos básicos de la Prehistoria, en el tercero.
En primer lugar y como pequeña introducción, mediante láminas de imágenes que ilustren el medio donde vivían nuestros antepasados, se hará una contextualización del entorno donde el hombre prehistórico cazaba, se alimentaba y vivía. De esta forma y mediante una explicación oral del encargado del taller, los alumnos irán describiendo las imágenes mediante sus respuestas a las preguntas del monitor y de esta forma se contextualizarán las actividades que los alumnos van a realizar. Se pretende que sea una exposición activa y que los alumnos intervengan en todo momento en la construcción de su conocimiento, mediante respuestas a preguntas que irán dirigidas a que el alumno consiga el conocimiento que se pretende, es decir, que comprenda una visión global del medio donde vivía el hombre prehistórico.
A continuación, por grupos de 3 o cuatro alumnos, se les repartirá un bifaz a cada uno de ellos. Sería de gran importancia que esta herramienta fuera real, pero si son reproducciones es esencial que sean lo más aproximadas posible a las originales, en cuanto a tamaño, peso, textura… La finalidad de esta actividad es que los alumnos mediante una experiencia sensorial descubran las principales características de esta herramienta. Para ello, se les repartirá una ficha que constará de las siguientes preguntas:
“Primero, debéis tocar toda la superficie del bifaz y dependiendo de las impresiones que sintáis responder a las siguientes preguntas:
1. ¿Está frio o caliente?
2. ¿Es áspero o suave?
3. ¿Es duro o blando?
4. ¿Qué color o colores tiene?
Si has podido responder a estas preguntas seguro que sabes decirme de qué material está hecho.
Ya sabemos qué tipo de material es, ahora vamos a descubrir cómo se utilizaba:
Con una regla mide su altura y su longitud.
¿Pesa mucho o poco? Lo puedes compara con el peso de una goma de borrar.
¿Qué forma tiene? ¿Su forma se adapta a tu mano?
¿Cómo son sus filos, cortantes o lisos?
¿Lo relacionas con algún objeto que utilizas todos los días a la hora de comer?
Ya sabemos que por sus medidas, forma y peso, nos puede caber en la mano; y por sus filos puede que sirva para cortar, además, es parecido a un objeto que utilizamos todos los días para comer. Entonces, ¿podríais decir para qué lo utilizaba el hombre prehistórico?
Con toda esta información que has descubierto sobre el bifaz dibuja el tuyo propio.”
Una vez que los alumnos han rellenado la ficha, el monitor hará una explicación sobre el uso de esta pieza tomando como partida la respuesta de cada uno de los grupos a las preguntas, de tal forma que los alumnos puedan exponer los resultados de su descubrimiento. Para finalizar, se hará una demostración, por parte del responsable del taller, del proceso para obtener esta herramienta, ya que puede ser algo peligroso si lo realizan los alumnos. Esta actividad está, en parte, fundamentada en el pensamiento de Pestalozzi, ya que decía que en educación se debe partir de la observación de experiencias, en este caso sensoriales, además de la idea de no enseñar nada que los niños no pudiesen ver. Para él, el conocimiento humano comenzaba con la intuición sensible de las cosas y a partir de ellas se formaban las ideas, es decir, el conocimiento debe de ir avanzando desde intuiciones confusas a unas ideas claras. Esta idea también está muy ligada con el pensamiento de Fröebel, ya que él, también, pensaba que el niño se expresa a través de las actividades de percepción sensorial y el lenguaje.
Seguidamente, y con toda la información que los alumnos ya han adquirido con el bifaz, y por supuesto con la ayuda y la demostración del responsable, los alumnos realizarán su propio bifaz con arcilla. Es importante volver a recordarles que el hombre prehistórico no realizaba los bifaz con este material, pero que debido a la imposibilidad de que ellos realicen uno con pedernal, harán una reproducción en arcilla. Posteriormente, las piezas se llevarán a cocer durante 20 minutos mientras los cuales los alumnos realizan la siguiente actividad. Al igual que la actividad anterior, los fundamentos de esta actividad tienen una clara relación con Pestalozzi, que pensaba que las actividades manuales eran fundamentales en educación.
Mientras que se produce la cocción de las piezas y con los mismos grupos de la primera actividad, se les dirá a los alumnos que imaginen que ellos son un bifaz y que con toda la información adquirida hasta ahora cuenten a un compañero, de otra clase, la historia de su vida en unas diez líneas. Posteriormente, se procederá a la lectura de cada una de las historias.
Para finalizar el taller, a modo de evaluación o de resumen de todos los conocimientos descubiertos en los diferentes talleres, los alumnos cantarán y representarán una canción, ya compuesta anteriormente por los responsables del taller, donde se narran las funciones y la forma de obtención del bifaz, desde las experiencias y tomando como protagonista al hombre prehistórico. Esta canción irá acompañada de movimientos que demuestren cada una de las acciones y que serán representadas por los alumnos acompañados del bifaz que cada alumno ha realizado. Esta actividad, también, está fundamentada en el pensamiento de Pestalozzi, que destacó la utilidad de los ejercicios corporales combinados con los cantos. Fröebel también desarrolló esta idea, ya que diseñó actividades que implicaban movimiento y ritmos. Además, valoró el uso de historias, cuentos, leyendas… que se desarrollan en la actividad anterior a esta.
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